La convivencia hace referencia a la acción de convivir,
esto no es más que el compartir constante con otra persona diferente a ti todos
los días, es decir, es el hecho de vivir en compañía con otros individuos.
Un ejemplo de esto sería una casa familiar, en la cual
interactúan constantemente una familia, otro ejemplo sería un salón de clases o
un club deportivo.
Esta coexistencia debe tener un carácter pacífico, armonioso y
sereno, alejándose totalmente de las discusiones entre las personas que conviven
para evitar una mala convivencia.
Por otro lado, se estima que esta práctica está basada
principalmente en la tolerancia, factor sumamente importante a la hora de
compartir la vida diaria o rutinaria con alguien más.
En los espacios
donde convivimos, existen distintas normas que sirven para establecer límites
razonables; nos guían y nos orientan en lo que hacemos, nos ayudan a defender
nuestros derechos y cuidar los de los demás.
Por ejemplo, si no obedecemos las señales de tránsito o los letreros de peligro en la calle, Corremos el riesgo de dañarnos y dañar a otros.
Respetar las normas permite una
convivencia armónica.
Las normas
existen para mantener una buena convivencia.
Hay que estar alerta para identificar cuando
una norma no se aplica correctamente y dialogarlo con la autoridad.
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