Muchas personas piensan que quieren cambiar su vida, que desean mejorar su situación, ganar más dinero, o llevar una vida más satisfactoria, pero al preguntarles cómo van a hacerlo vemos que no tienen ninguna meta concreta y definida, sino tan solo un vago "alguna vez cambiarán las cosas", sin darse cuenta de que sin fijarte una meta a la que llegar no llegarás a ninguna parte.
¿Por qué son importantes las metas?
Tener metas en la vida es tan importante como la vida misma. Ellas hacen que la vida valga la pena, te aportan entusiasmo, te permiten obtener logros cuando las alcanzas y enorgullecerte de ello, dan sentido a tu vida, hacen que ocupes tu tiempo de manera productiva en vez de malgastarlo con pasatiempos que no te aportan nada.
Las metas aumentan el interés en lo que haces, aumentan el entusiasmo, aportan un sentido de dirección, motivación y esperanza, además de promover claridad y estimular la planificación. Si, por ejemplo, haces tu trabajo teniendo en mente la meta de ascender, trabajarás más y mejor, prestarás atención a las oportunidades y las aprovecharás mejor, tendrás más entusiasmo en tu trabajo y tendrá más sentido todo lo que haces. Si no tienes ninguna meta, tu trabajo puede convertirse con el tiempo en una pesada carga rutinaria que te aburre.
La persona que carece de metas en su vida permanece inmóvil en un estatus quo que puede que le aporte tranquilidad y ausencia de estrés, pero que también puede llegar a convertir su vida en una rutina que le acaba aburriendo y frustrando, porque cada día es igual que ayer e igual que mañana. Si tienes una meta, no te afectará tanto que ahora tus días sean un tanto rutinarios, porque estás trabajando para el cambio y sabes que cuando lo consigas tu vida será diferente. Y una vez conseguido, trazarás otra meta y luego otra, que mantendrán tu vida en movimiento, que harán que tu vida sea un tren en marcha y no uno que se detuvo hace años en un tramo de la vía y se quedó ahí, inmóvil, para siempre.
Necesitamos metas en todas las áreas de nuestra vida.
No es necesario que tengas grandes metas, pueden ser metas pequeñas. Lo importante es que tengan sentido para ti y sean tuyas, tus deseos, tus anhelos, te ayuden a solucionar problemas y a hacer que tu vida sea más satisfactoria.
Por eso necesitamos metas en todas las áreas de nuestra vida. Por ejemplo, a nivel laboral puedes tener como meta crear tu propia empresa, o ascender, y en tu relación de pareja puedes plantearte como meta recuperar la complicidad que teníais al principio y que fue menguando con el tiempo y la rutina. A nivel personal, puedes tener la meta de superar algún miedo determinado, dejar de fumar, tener más amigos, o cualquier otra cosa. Lo ideal es tener cuatro o cinco metas a la vez, en diversas áreas de tu vida, para no dejar ningún aspecto de tu vida abandonado.
¿Cómo puedes ayudar a tus hijos a que se fijen metas
y que las cumplan?
Un niño tendrá que hacer básicamente lo mismo que un adulto, con la ventaja de que ellos son jóvenes y no tienen aún la carga emocional de tener responsabilidades, lo cual les facilita también el practicar esta habilidad hasta que la dominen sin ningún tipo de presión. Las metas deberán ser más pequeñas y más tangibles y recuerda que cuando él comience a lograr algo que deseaba habiendo hecho él su planeación y el trabajo necesario para conseguirlo, no sólo le irá dando esa preparación, hábito y mentalidad que se necesita para ser una persona exitosa, sino que además le dará mucha más satisfacción su éxito que si tú le das aquello que deseaba.
Que los niños aprendan a establecer sus propias metas es con la idea de iniciarlos en el pensamiento a largo plazo, la planeación y la acción llevando a cabo los pasos necesarios hasta alcanzar su objetivo. Puedes enseñar a tus hijos a fijarse metas haciéndoles estas preguntas y siguiendo estos pasos:
¿Qué es lo que deseas lograr?
Un niño tendrá que hacer básicamente lo mismo que un adulto, con la ventaja de que ellos son jóvenes y no tienen aún la carga emocional de tener responsabilidades, lo cual les facilita también el practicar esta habilidad hasta que la dominen sin ningún tipo de presión. Las metas deberán ser más pequeñas y más tangibles y recuerda que cuando él comience a lograr algo que deseaba habiendo hecho él su planeación y el trabajo necesario para conseguirlo, no sólo le irá dando esa preparación, hábito y mentalidad que se necesita para ser una persona exitosa, sino que además le dará mucha más satisfacción su éxito que si tú le das aquello que deseaba.
Que los niños aprendan a establecer sus propias metas es con la idea de iniciarlos en el pensamiento a largo plazo, la planeación y la acción llevando a cabo los pasos necesarios hasta alcanzar su objetivo. Puedes enseñar a tus hijos a fijarse metas haciéndoles estas preguntas y siguiendo estos pasos:
¿Qué es lo que deseas lograr?
Ayuda a tu hijo a describir en términos específicos algo que le gustaría hacer para una fecha especifica (parte importante del proceso), que le tomará algún trabajo, algo de planeación y de constancia, como por ejemplo sacar una “A” o un “10” en el examen de matemáticas, ganarse un dinero para comprarse la bicicleta que él desea, etc.
¿Cómo llegarás ahí?
Ayúdalo a planear los pasos que deberá seguir y las pequeñas metas que deberá lograr en el camino de alcanzar su meta. Enséñalo a que decida qué es lo que tendrá que hacer primero, cuál será la siguiente acción, y así hasta conseguirlo.
Establecer la responsabilidad
Haz que el niño escriba lo que desea lograr y el plan que sabe que tendrá que llevar a cabo para alcanzar su sueño. Cuando tenga esto escrito ya en limpio, deberá leerlo cada día para que lo ayude a responsabilizarse de sus acciones, y a estar consciente de que si no trabaja en ello no logrará su propósito. Puede compartir su deseo contigo o con alguien más, un adulto en quien el niño confíe, para que lo ayude a mantenerse motivado, inspirado y en el camino correcto.
El éxito.
No solamente lograr la meta final nos dará éxito, sino también las pequeñas mini metas que deberá alcanzar para llegar a su objetivo mayor, esas también hay que celebrarlas. Celebrar los éxitos grandes o pequeños es muy importante y es parte del proceso de mantenerse motivado, así que una vez que el niño vaya logrando avances en su plan de trabajo, hay que irlo alentando y motivando, y desde luego llegar al final de su meta establecida requerirá de mucha más celebración para que esto vaya sembrando en su mente lo bueno que es fijarse metas y lograrlas.
Revisión del plan y de los resultados.
A lo largo del proceso y hasta el final, revisa cada semana con el niño el plan y cómo lo está haciendo. Podrá ir haciendo ajustes si lo considera necesario y pregúntale cómo se siente acerca del avance que ha tenido, y una vez que lo logre pregúntale cómo siente esta experiencia de haber logrado su meta.
Si tu hijo no logra su meta final, habla con él acerca de lo que pudo aprender con esta experiencia, porque aún así habrá aprendido lecciones muy valiosas acerca de fijarse una meta y de trabajar en su planeación, y lo más seguro es que también habrá aprendido mucho acerca de sí mismo. Un niño que logra sus metas será una persona segura de sí misma y con una alta autoestima. ¿No te gustaría eso para tu hijo?
Motívalo a que no se de por vencido con los sueños que son importantes para él y a que si un plan no funciona, tendrá que revisarlo, modificarlo e intentarlo de nuevo.
Al enseñarle a tus hijos esta habilidad les habrás dado el regalo más valioso que podrán utilizar por el resto de su vida. Les habrás dado el poder de conseguir cosas maravillosas en cada área de su vida. Organízate y enseña a tu hijo a organizarse.
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