ESCUELA PRIMARIA "MI PATRIA ES PRIMERO"

martes, 4 de mayo de 2021

LA BATALLA DE PUEBLA.

5 DE MAYO DE 1862.











     Cada 5 de mayo se celebra en nuestro país  el aniversario de la Batalla de Puebla, en la que el Ejército mexicano  de Oriente derrotó al Ejército francés, considerado el mejor del mundo entonces.


      El ejército de México estaba al mando de Ignacio Zaragoza, un joven militar (33 años) que es considerado como uno de los grandes héroes en la historia de México.


    Es importante señalar que, este acontecimiento de la historia de México pertenece a la segunda intervención francesa periodo o proceso que abarca de 1862 a 1867, caracterizado por un conflicto armado entre Francia y México. Este conflicto fue el resultado de la suspensión en el pago de la deuda externa en 1861.


       Ahora te invito a leer la siguiente reseña histórica, también observa atentamente los siguientes videos, con la información obtenida contesta las preguntas de la actividad.

COMENCEMOS...



     En octubre de 1861, Francia, Inglaterra y España suscribieron la Convención de Londres, en la cual se comprometieron a enviar contingentes militares a México para reclamar sus derechos como acreedores por una deuda que ascendía alrededor de 80 millones de pesos.


     La deuda que México tenía estaba distribuida de la siguiente forma:

l69 millones para los ingleses.

l9 millones para los españoles.

l2 millones para Francia.

     
      El contingente de los países europeos, estaba compuesto de la siguiente manera: 

lEspaña: 6000 hombres al mando del General Juan Prim.

lFrancia: 3000 hombres dirigidos por el Contraalmirante Jurien de la Gravière. 

lInglaterra: 700 marines bajo el comando del Comodoro Dunlop. 



                                 Poco después de reunirse, los representantes de los tres países enviaron un ultimátum al gobierno mexicano en el que pedían el pago de sus deudas; de lo contrario, invadirían el país. 


   El presidente Benito Juárez, quien gobernaba a un país que apenas empezaba a levantarse de la postración económica, respondió con un exhorto a lograr un arreglo amistoso, y los invitó a conferenciar.
       Los representantes aceptaron el llamado y en febrero de 1862 se reunieron con los ministros juaristas del Exterior, Manuel Doblado, y de Guerra, Ignacio Zaragoza, en la hacienda de La Soledad, cerca de Veracruz. Gracias a la habilidad como negociador de Doblado se firmaron los acuerdos preliminares, los cuales fueron llamados Los Tratados de La Soledad, en los que se obtuvo el reconocimiento como interlocutor para el gobierno de Juárez y se garantizó el respeto a la integridad e independencia del país.

     El 5 de marzo de 1862, cuando aún se realizaban las negociaciones en Orizaba, llegó a Veracruz un contingente militar francés bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, quien relevó en el mando a Jurien de la Gravière y se dirigió a Tehuacán en el Estado de Puebla.

También llegó el general mexicano  Juan Nepomuceno Almonte, quien de inmediato se proclamó "jefe supremo de la nación" y empezó a reunir a las tropas conservadoras, remanentes de la Guerra de Reforma, para apoyar a los franceses.

     En abril de 1862 la alianza tripartita se rompió debido a que España e Inglaterra se dieron cuenta de que Francia tenía un interés oculto, de tipo geopolítico, bajo el reclamo económico: derrocar al gobierno republicano de México para establecer una monarquía favorable a su política colonial, con miras a contrarrestar el creciente poderío de Estados Unidos.


 A finales de abril, Lorencez desconoció los Tratados de Soledad y se puso en marcha, junto con sus soldados hacia Puebla, con el fin último de conquistar la Ciudad de México


A los militares franceses los rodeaba un aura de invencibilidad en combate dado que no habían sido derrotados desde Waterloo, casi 50 años antes, con sonadas victorias en las batallas de Solferino, Magenta y Sebastopol. 


Esta actitud de soberbia quedó de manifiesto en el siguiente mensaje, que Lorencez envió al conde Jacques Louis César Alexandre Randon, ministro de Guerra francés, poco después de la Batalla de Las Cumbres: 

  "Somos tan superiores a los mexicanos en organización, disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades, que le ruego anunciarle a Su Majestad Imperial, Napoleón III, que a partir de este momento y al mando de nuestros 6,000 valientes soldados, ya soy dueño de México”.



      El 28 de abril, el Ejército mexicano de Oriente se topó con la columna de Lorencez en un paso de montaña en las Cumbres de Acultzingo, en el límite entre Veracruz y Puebla, lo que representó el primer encuentro bélico formal.


Zaragoza no pretendía cortarles el paso a los invasores, más bien foguear a sus soldados, muchos de ellos faltos de experiencia, y al mismo tiempo causarle el máximo de pérdidas posible al enemigo. En la llamada Batalla de Las Cumbres murieron 500 franceses, mientras las bajas mexicanas ascendieron sólo a 50.


       Asegurado el paso de Acultzingo, el 2 de mayo de 1862 la columna principal del ejército expedicionario francés salió de San Agustín del Palmar, en Veracruz, para cruzar la Sierra Madre Oriental y dirigirse hacia Puebla, paso obligado para llegar a la capital del país y que era además uno de los bastiones del Partido Conservador, donde esperaban ser recibidos "con una lluvia de rosas", como le aseguró Saligny a Napoleón III en una carta.


 El 3 de mayo por la noche, el general Zaragoza arribó a Puebla, dejando en su retaguardia una brigada de caballería para hostigar a los invasores. Los soldados del Ejército mexicano de Oriente se organizaron por las calles desiertas de la ciudad, ya que la mayoría de la población era partidaria de la invasión.

         A las 9:15 de la mañana del 5 de mayo, los franceses aparecieron en el horizonte, avanzando desde la cercana Hacienda de Rementería, cruzando fuego con las guerrillas de caballería que se batían en retirada y que no se replegaron hasta que las líneas francesas estuvieron formadas y listas para avanzar. 

   La batalla se inició en forma a las 11:15 de la mañana, anunciándose con un cañonazo desde el Fuerte de Guadalupe y acompañado por los repiques de las campanas de la ciudad. En ese momento se dio una maniobra sorpresiva: la columna francesa, que venía avanzando en orden de oriente a poniente, se dividió en dos: la primera, compuesta por aproximadamente 4000 hombres y protegida con su artillería, dio un violento viraje hacia la derecha y se dirigió hacia los fuertes; mientras que la segunda columna, compuesta por el resto de la infantería, quedó como reserva.

       Mientras se libraba la batalla, en Palacio Nacional y en la Ciudad de México en general, se vivía un ambiente de tensa espera. Lo último que se sabía de Puebla era el telegrama enviado por Zaragoza hacia las 12:30 del día, en el que avisaba que el fuego de artillería de ambos lados había iniciado. Luego, silencio.



Ante la incertidumbre, el gobierno había hecho salir precipitadamente al general Florencio Antillón al mando de los Batallones de Guanajuato, quedando como guardianes de la capital sólo 2,000 hombres del Regimiento de Coraceros Capitalinos y algunos centenares de milicianos pobremente armados. Si las tropas guanajuatenses se perdían, la capital quedaría desprotegida.


     A las 4:15 de la tarde finalmente se recibieron noticias:


... Dos horas y media nos hemos batido. El enemigo ha arrojado multitud de granadas… Sus columnas sobre el cerro de Loreto y Guadalupe han sido rechazadas y seguramente atacó con cuatro mil hombres. Todo su impulso fue sobre el cerro… En este momento se retiran las columnas y nuestras fuerzas avanzan sobre ellas. Comienza un fuerte aguacero…
      Zaragoza envió más tarde otro telegrama en el que dijo que los franceses habían iniciado la retirada hacia Amozoc, pero sin mencionar el resultado final de la batalla. 

       Finalmente, a las 5:49 de la tarde se recibió otro parte, dirigido al ministro de Guerra, que causó júbilo (y un gran alivio) en Palacio Nacional:

... Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria: el enemigo ha hecho esfuerzos supremos por apoderarse del Cerro de Guadalupe, que atacó por el oriente de izquierda y derecha durante tres horas: fue rechazado tres veces en completa dispersión y en estos momentos está formado en batalla, fuerte de más de 4,000 hombres, frente al cerro de Guadalupe, fuera de tiro. No lo bato, como desearía, porque el Gobierno sabe (que) no tengo para ello fuerza bastante. Calculo la pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe en su ataque, en 600 o 700 entre muertos y heridos; 400 habremos tenido nosotros. Sírvase vd. dar cuenta de este parte al C. Presidente.— I. Zaragoza.

ACTIVIDAD N° 1
   
   Con la información analizada copia las siguientes preguntas en hojas blancas(puedes imprimir) o el cuaderno perteneciente a la materia de historia y contesta correctamente cada cuestionamiento.







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