ESCUELA PRIMARIA "MI PATRIA ES PRIMERO"

jueves, 16 de junio de 2011

PRODUCTO OCHO.

PRODUCTO OCHO.
Presentación  ante el grupo de narracion y posibles soluciones a la investigación a partir dela misma.


La forma tradicional de la enseñanza de la historia está basada en actos mecanizados y que llevan a la repetición inconsciente de contenidos enunciados por el profesor limitando al alumno a un aprendizaje totalmente alejado del realidad contextual del educando provocando que la asignatura de historia se convierta en un acto oneroso y aburrido.

La historia narrada y pensada habilita subjetividades, sensaciones, emociones, detalles que otorgan significados y que invitan a construir sentidos propios. La marca de esa clase de historia es la del entrecruzamiento de narraciones y pensamientos en las que diferentes voces —las del maestro, las de los alumnos, las del autor del texto, etc— se dejaron escuchar. Y son esos cruces de voces e ideas los que vuelven productiva a esa clase de historia, los que forman realmente, los que invitan a pensar, los que acogen a maestros y profesores, los que no anulan, congelan o matan el drama de la vida.
La participación activa del alumno inicia desde el momento que cuestiona situaciones que durante  generaciones parecían temas indiscutibles, el psicoanalista egipcio Jacques Hassoun , en su obra Los contrabandistas de la memoria, comparte su preocupación por los trastornos  comunes que sufren los jóvenes de nuestras sociedades actuales, que oscilan entre el apego a tradiciones agonizantes y la falta de referencias históricas. Esto implica a los adultos, en particular a los educadores, y convoca a pensar en los modos en que se transmite la historia. En relación con la transmisión, Jacques Hassoun propone: “desprenderse de la pesadez de las generaciones precedentes para reencontrar la verdad subjetiva de aquello que verdaderamente contaba para quienes, antes que nosotros, amaron, desearon, sufrieron y gozaron por un ideal”. Reencontrar la “verdad subjetiva” sería algo así como la reescritura que hace el sujeto de su historia, donde es convocado a tomar la palabra y hacer un uso propio de lo heredado.
La narración permite un discurso más pegado a la vida, a las vivencias, a la experiencia. También abriga con naturalidad a pensamientos, sentimientos y deseos. Esto supone un desafío a los modos de enseñar historia porque pone en cuestión a las clases repletas de conceptos y procedimientos ajenos y distantes y porque invita a hacer escuchar la voz de los maestros y profesores y la de los propios alumnos junto a las ideas que aportan los historiadores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario