India,
China y Japón durante la Edad Media.
En el bloque II aprendiste que durante la antigüedad las
civilizaciones agrícolas de Oriente
(MESOPOTAMIA , INDIA,
CHINA Y EGIPTO ) desarrollaron avances científicos y culturales en
campos como la astronomía, las matemáticas, la escritura y la arquitectura,
entre otros, y que además tuvieron características comunes.
Al paso del tiempo estas civilizaciones continuaron su desarrollo y
durante la Edad Media sus avances científicos y culturales llegaron a Europa
por medio del comercio, principalmente.
Hoy las naciones que se encuentran en donde se asentaron dichas culturas
tienen economías muy poderosas y son las más pobladas de la Tierra, pues en
ellas vive casi la mitad de los seres humanos. Muchas de las formas de vida e
ideas de estos pueblos tienen su origen en su historia antigua.
India
Durante la Edad Media India no sólo abarcaba el país que hoy
lleva ese nombre, también ocupaba los territorios de los actuales Pakistán y
Bangladesh.
Gracias a su ubicación geográfica, esta civilización fue el punto de contacto e
intercambio de grandes civilizaciones asiáticas, como la árabe, la persa y la
china.
La cultura de India se forjó a lo largo de
varias etapas de su historia con la integración de
múltiples tradiciones, religiones e ideas de grupos originarios, invasores e
inmigrantes. Muchas prácticas, idiomas, costumbres, monumentos y expresiones
artísticas son ejemplos de esta mezcla durante varios siglos.
En el siglo VI a.C. surgió el budismo en
la civilización india; dicha religión fue llamada así porque la fundó Buda,
nombre que significa “iluminado” o “quien conoce la verdad”. Tuvo gran
difusión y se extendió desde India hasta China y Japón, y hoy es una de las más
importantes del mundo por el número de personas que la profesan.
Desde tiempos muy
remotos, y todavía en la Edad Media, la sociedad india estaba dividida en
castas, una forma de organización que desde el nacimiento de las personas
determinaba la posición social y las actividades a las que se dedicarían. Los
integrantes de una casta no se podían casar ni tener trato cercano con los de
otra. La
casta superior era la de los brahamanes, y la inferior la de los dalit.
Durante esta época India estaba dividida en reinos independientes
gobernados por dinastías de diverso origen. También en este periodo fue invadida por diferentes
grupos como los hunos (siglo VI), quienes conquistaron varias ciudades, y
los árabes, que establecieron su dominio en el siglo XII.
Entre los aportes que
la civilización india ha hecho a la humanidad destacan ciertos
conocimientos como el concepto de cero y la numeración que hoy usamos, además de
productos como el té, las especias (pimienta, canela, clavo, etcétera) y el
azúcar de caña. Estos saberes fueron llevados a Europa por los árabes.
China
En la Edad Media, China era una de las regiones más avanzadas del mundo,
además de la más poblada y de mayor desarrollo tecnológico. La fuerza de la sociedad china radicaba en su
numerosa población campesina, formada por comunidades y familias muy unidas,
con gran apego a la tierra. Los campesinos contribuían a obtener una abundante
producción agrícola que ayudaba a sostener las ciudades, algunas de las cuales
eran tan grandes que llegaron a contar con más de un millón de habitantes (esta
cifra resulta sorprendente para una época en que las principales ciudades
europeas tenían pocos pobladores).
Durante este periodo varias dinastías gobernaron China. Los gobernantes
ocupaban un lugar central en la sociedad, pues eran considerados intermediarios entre la humanidad y las
divinidades.
Entre los siglos XIII y XIV fue dominada por los
mongoles, pueblos guerreros que habitaban las
estepas y conquistaron el norte de China; además buscaron extenderse hacia el
sur, pero encontraron resistencia. Los mongoles fundaron una nueva dinastía, la
Yuan, que reinó conforme a las costumbres chinas desde 1271 hasta 1368, cuando
los expulsó de China el fundador de la dinastía Ming. Con este hecho los chinos
recuperaron el control de sus territorios.
Los chinos produjeron
diversos inventos y tecnologías que cambiaron la historia de la humanidad, por ejemplo el papel, la pólvora
y las primeras imprentas. Además dieron al mundo artículos de lujo como telas de seda y
cerámica fina llamada porcelana.
También construyeron los barcos más grandes de su época y emprendieron largos viajes de exploración en los mares de Asia y África. Otra de sus hazañas fue levantar la más grande edificación del mundo: la muralla china.
También construyeron los barcos más grandes de su época y emprendieron largos viajes de exploración en los mares de Asia y África. Otra de sus hazañas fue levantar la más grande edificación del mundo: la muralla china.
Desde tiempos del
imperio romano los comerciantes chinos establecieron la ruta de la seda, por
la cual llevaban sus productos a Persia y Bizancio. Esta ruta estuvo en uso
casi 1 500 años; iba por tierra desde China hasta el mar Negro, y desde ahí
las mercancías se embarcaban a Constantinopla, donde las recogían por los
navegantes genoveses.
Japón
El
territorio japonés está formado por cuatro grandes islas y otras de menor
tamaño, lo que le permitió mantenerse a salvo de invasiones, pero también lo
aisló del mundo.
Gracias a vestigios arqueológicos se
sabe que estas regiones estuvieron habitadas desde el Paleolítico, hace
aproximadamente cien mil años. En esta época los pobladores vivían de la caza,
la pesca y la recolección, eran nómadas y se refugiaban en cuevas.
En la antigüedad, entre los años 300 a.C. y 300 d.C., se desarrolló la
agricultura, principalmente el cultivo del arroz, y se empezó a usar el hierro
en la elaboración de armas e instrumentos de uso cotidiano.
Aunque entre los siglos IV y VI d.C. los japoneses
adoptaron varios elementos de la cultura china, como su escritura, arquitectura
y religión, con el paso de los años lograron construir una cultura propia e
independiente. Durante el lapso correspondiente a la Edad Media predominaron en
Japón los enfrentamientos por el poder, los cuales desembocaron en la
unificación definitiva del territorio en 1600.
Desde el siglo XI se
formó en Japón un sistema parecido al feudalismo europeo. En este caso
había un emperador y los señores feudales eran los daimyo, que fueron muy
privilegiados: poseían grandes extensiones de tierra y tenían a su servicio un
grupo de guerreros conocidos como samuráis, a quienes les entregaban tierras a
cambio de lealtad; además recibían tributos de los campesinos.
En 1192 se impuso el shogunato, una dictadura militar hereditaria
comandada por un shogun, quien era jefe de los ejércitos y concentraba la autoridad;
así, el emperador fue desplazado y se quedó sin poder político.
El shogun
también era dueño de las tierras cultivables y las distribuía entre los señores
feudales a cambio de una renta.
En la etapa que corresponde a la Edad Media se desarrollaron
varios rasgos que hoy son parte de la tradición cultural japonesa, como la
ceremonia del té, que se estableció el siglo XII, y los arreglos florales, que
simbolizan un paisaje natural, y decoran las casas japonesas de forma
cotidiana.
Se introdujo el budismo, que tuvo gran difusión, pero también se
conservó la religión tradicional, llamada shinto, en la que se rinde culto a
los espíritus de la naturaleza y se venera a los ancestros.
A finales del siglo
XIII se generalizó el uso del dinero, que consistía en monedas provenientes de China que los
japoneses cambiaban por oro, perlas, azufre, madera y armas, entre otros
productos. Debido a estos intercambios floreció el comercio y se convirtió en
una de las principales actividades económicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario