La expansión y organización del imperio Romano.
En su expansión, el imperio romano
dominó territorios que hoy abarcan cerca de 40 países de Europa, Asia y África. Esto fue posible
gracias a su organización y su control militar.
En lo político, se dividía en
provincias, que eran regidas por gobernadores, a quienes designaba el
emperador.
Para comunicar a
las ciudades y provincias romanas se construyó una extensa red de caminos, vías
y puertos, que además favorecía el comercio.
Los romanos también
se preocuparon por proveer agua para el consumo humano. En las ciudades
donde este líquido no estaba al alcance, se llevó mediante acueductos. Por ejemplo,
el agua que llegaba a Roma se transportaba desde los Montes Apeninos (que se
encontraban a 45 kilómetros de distancia), usando filtros a lo largo
del recorrido.
En general existía la
libertad religiosa, porque Roma no imponía ideas políticas o credos en los territorios
siempre y cuando se considerara que el culto no atentaba contra la dignidad del
emperador o la seguridad del imperio (como ocurrió con los
cristianos). Además, se solía respetar las ideas y costumbres de las
provincias; sólo se les desarmaba y se les exigían contribuciones económicas.
Para mantener un
imperio tan grande se recurrió a un numeroso ejército, encabezado por el
emperador; también se establecieron alianzas con otros territorios que
resultaban útiles para la defensa y para controlar rutas comerciales.
La unidad
monetaria del imperio era el denario de plata, que se empleó tanto en Roma
como en los territorios vecinos desde principios del siglo I hasta
finales del siglo III D.C.
El emperador
Diocleciano dividió al imperio en dos partes en el año 295 con el fin de
facilitar su defensa:
▪Imperio Romano de
Oriente.
▪Imperio Romano de
Occidente.
posteriormente,
en 395 d. C. el emperador Teodosio entregó estas partes a sus hijos Honorio y Arcadio.
Sin embargo no pude
evitar la caída del Imperio Romano de Occidente en año 476 D.C.
provocada por la invasión de los pueblos Bárbaros (guerreros de
Asia) ,suceso que marcó el inicio de la edad media.
La
vida cotidiana en Roma.
Los habitantes de
la antigua Roma se ocupaban en diversos trabajos. Los ciudadanos
ricos gastaban grandes sumas de dinero para tener una carrera. Las más
demandadas eran las relacionadas con la política, ya que les permitían conseguir
altos cargos en el gobierno, aunque también podían estudiar otras, como
leyes o medicina.
En el campo la
mayoría de las personas se dedicaba a trabajar la tierra; en las ciudades había
oficios como herrero, artesano, actor y maestro, entre otros.
En relación con el
entretenimiento, era común que los adultos practicaran actividades
como lanzamiento de disco o jabalina y montaran a caballo; también eran
aficionados a jugar dados y a asistir al Coliseo a presenciar combates entre
gladiadores, luchas entre animales salvajes y competencias de carros. Otra diversión
popular era el teatro.
Los niños jugaban
a ser gladiadores o a la pelota, porque era una buena forma de ejercitarse; además usaban
carritos de juguete y figurillas de animales (como perros). A las niñas se les
preparaba para el matrimonio desde los siete años, y se divertían con muñecas
de marfil. Muchas de ellas se casaban cuando tenían entre diez y doce
años, por lo que era común que fueran madres desde los trece años.
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